Adrenalina de todos los colores
Hot Pursuit supuso el inicio de algo nuevo, de un camino de aciertos y errores que dan para una larga historia, pero lo primero que entendimos al arrancar nuestra primera partida de la remasterización que hoy nos atañe es que elegir a este y no otros títulos queridos (y demandados) por los jugadores tiene todo el sentido del mundo; lo cual no es óbice para que dentro de unos años tengamos el regreso de Need for Speed: Most Wanted (2005) o Burnout 3: Takedown. Han pasado ya diez años desde que Hot Pursuit se supo cómo un recuerdo de que Need for Speed podía recuperar esa vibración, esa intensidad y ese cariño por hacer las cosas bien. Cada diseño de los vehículos; cada diseño de escenarios; con trazados extremadamente estrechos y otros con mayor holgura espacial; sigue sintiéndose intacto en pleno 2020, y eso tiene mucho mérito. Respecto a la sensación de velocidad, un par de apuntes: hemos jugado en Xbox One X, que al igual que en PS4 Pro corre a 1080p y 60 FPS o 4K/ 30 FPS; pero en las consolas base de Microsoft y Sony nos tendremos que conformar con 1080p y 30 FPS (también Nintendo Switch en modo TV). El debate sobre si es o no notable la diferencia guarda margen a la interpretación subjetiva de cada cual. Nuestra opinión al respecto es que sí se nota, mucho, y por eso recomendamos ir por las versiones que garanticen 60 fotogramas por segundo. Eso sí es sensación de velocidad.
Seacrest County no es un mundo abierto como en Paradise City, que nos pilla muy reciente, pero sí es un mapa cohesionado donde las rutas tienen un lugar concreto del mapa. Es posible que algunas misiones tengan lugar tomando tramos y rutas ya recorridas en parte por otras tareas de persecución o careras, y lo cierto es que fue todo un acierto tomar esa decisión, porque con el paso de las horas crees que estás ahí… sin la necesidad de estar recorriendo manualmente cada carretera para ir a la siguiente fase. Este punto es fundamental para los usuarios que prefieran prestarse a partidas cortas. Hot Pursuit eso lo lleva a rajatabla, con carreras que rara vez superan los tres minutos de duración y una variedad de opciones en la campaña principal suficientes como para no cansarte. Repetir en tu cabeza eso de “voy a jugar la última” es más que recurrente.
Hot Pursuit Remastered mantiene su personalidad y lleva siempre de la mano la bandera de la exuberancia, de la opulencia, del todo vale. Cochazos, golpes, takedowns, velocidad, derroche. Sin complejos. Los tipos de pruebas se dividen en dos porque son dos los papeles que podemos interpretar: buscar o ser buscados. Dicho de otra forma: policías o criminales. A partir de ahí, retos contrarreloj donde dependiendo del tiempo recibiremos medalla de oro, plata o bronce; carreras con hasta siete rivales más con una inteligencia artificial moderadamente satisfactoria; o persecuciones con coches de policía robustos en los que la misión pasa por terminar de derribar a esa criatura al volante. ¿Sigue siendo satisfactorio? Indescriptiblemente satisfactorio.
Además, Hot Pursuit se tomó muy en serio eso de que para desbloquear contenidos hace falta ganar carreras. Además, se incluyen todos los DLC adicionales, por lo que debemos sumar una treintena de retos extra. Aquí no ha cambiado nada, no hay elementos de diseño adulterados o facilitados. Si hay algo que funcionó realmente bien en esta entrega fue su sistema de progresión, con pequeños incentivos —vehículos, pruebas, mayor nivel de piloto…— para continuar jugando y dejarte llevar. Esta remasterización ha desaprovechado la oportunidad de ser más ambicioso en el plano técnico, y eso es una lástima. Principalmente por las alturas de generación en que nos encontramos, con obras de conducción arcade que han puesto el listón tan alto que imprimen algo de exigencia al resto para estar a su misma altura. Stellar ha retocado lo mínimo, y o decimos después de haber tenido pantalla a pantalla la versión original que conservamos de PS3 con esta en Xbox One X. Pocas correcciones en las texturas de vehículos o entornos. No es que se vea mal, es que daba para mucho más. Por suerte, a nivel cromático se ha hecho un mejor trabajo que con Burnout Paradise Remastered en 2018, donde su particular paleta de colores era más gris y deslumbrante. Aquí la iluminación es sensiblemente mejor, especialmente cuando jugamos de noche, donde todo se ve francamente bien, y hay un mayor apoyo por verdes y rojos. Es más saturado, pero se ve lo suficientemente notable como para que no tengamos que acusar un pequeño tirón de orejas a nadie.
Seacrest County, personalidad y competición intacta
La única historia es atravesar la línea de meta antes de lo que marca el reloj; antes que los rivales. Si somos policías, más de lo mismo, con la salvedad de que en este bando tenemos que parar los pies a los demás —sobre todo cuando vamos desbloqueando armas inverosímiles para equipar al vehículo, con sus efectos directos en el escenario—. La sensación de recompensa es total, y la curva de dificultad también lo es. No recordábamos algunas pruebas tan complejas. No es que sea difícil, es que no da margen para el error. Un estrello puede hacerte perder los segundos suficientes como para que sea casi imposible llegar a la meta en primera posición. Nada de rebobinados y otras prácticas que faciliten las cosas. Mención aparte para el resto de coches del entorno, que forman parte del tráfico. Es generalmente moderado, casi más como un hándicap que evitar que otra cosa, pero hace su función como debe: estorban y hay que evitarlos o estrellarlos para recibir recompensas. Se han respetado las reglas y, a decir verdad, lo aplaudimos. Sigue siendo como antaño.
Otro punto que no podemos pasar por alto es lo bien diferenciados que están los cinco tipos de vehículos. Nada tiene que ver ponerse en el rol de Corredor y coger un Supercoche que un Deportivo estándar o un Altas Prestaciones. Los otros dos tipos, los Exóticos e Hipercoches, son mucho más rápidos y poderosos, pero es seguramente más divertido y realista (dentro de lo inverosímil del conjunto) el sabor arcade que desprenden los primeros. Incluso hay diferencias en cada marca, con la apenas sensibilidad en el derrape con algunos Nissan o la aceleración de un Porsche. El sentimiento de hazte con todos está bien transmitido.
Autolog, un multijugador asíncrono a modo de red social
Y llegamos al Autolog, lo que forma parte de las señas de identidad de Need for Speed: Hot Pursuit. A grandes rasgos, se trata de su modo multijugador online, pero con la particularidad de ser asíncrono; es decir, se basa en una acumulación de datos estadísticos, incluidos los tiempos de cada prueba, y los sincroniza con el resto de amigos y jugadores del mundo para generar hambre competitiva. No es necesario jugar simultáneamente con otro jugador para competir, sino que funciona como una red social donde todo está siempre conectado. Cuando enciendes el juego y actualizas el Autolog, verás las tablas clasificatorias de muchas pruebas, que se van actualizando constantemente con personas que pueden habernos superado por unas décimas de segundo. Piques, en definitiva, con el aliciente de que nos llegan notificaciones para recordarnos que un jugador ha superado nuestros registros (incluido un acceso directo a esa prueba para no tener que buscar). Y sí, esta vez hay juego cruzado: el Autolog se comparte entre PlayStation, Xbox, Nintendo Switch y PC.
Por otro lado, el modo multijugador estándar, al que hemos podido participar en dos sesiones de prueba promovidos por EA con motivo del periodo de análisis del videojuego. Con motivo del añadido de los DLC contamos con nuevos modos, como Más buscado y Carera con armas, este último especialmente divertido por lo alocado que puede llegar a ser. Como pueden imaginar, la cantidad de jugadores fue reducida, así que no hemos podido dedicarle muchas horas, pero sí lo suficiente para comprobar que el emparejamiento es ágil, no se resiente en el plano técnico cuando somos seis o incluso ocho corredores a la vez y no hay parpadeos en los vehículos rivales.
Por lo demás, poco que añadir. A nivel de sonido sigue siendo un gusto escuchar muchos de los temas sonoros —no es la mejor banda sonora de la saga, pero se defiende bien y son canciones bien escogidas—, en el plano visual ha envejecido de maravilla y jugablemente es un gusto total. Quienes hayan jugado al original podrán identificar cambios en el HUD y el aspecto de la interfaz, con tiempos de carga reducidos para las transiciones entre menús y cargas de las fases. Se podría haber hecho mucho más, pero celebramos que llegue a todas las plataformas a precio reducido sin dejarse nada en el camino. Buen aperitivo para lo que quiera que esté haciendo Criterion Games actualmente para la nueva generación de consolas, un Need for Speed del que esperamos saber más cosas en 2021.
Lo bueno
- La jugabilidad sigue siendo excelente.
- El mapa y su estructura: diseño de trazados marca de la casa
- Autolog, piques asegurados ahora con juego cruzado
- Contenido: todos los DLC y sistema de progreso intacto
Lo Malo
- Técnicamente es una remasterización muy discreta
- La IA sigue teniendo comportamientos extraños
- Sin 60 FPS en Xbox One estándar