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Shadow

REVIEW FACTOR – FAR CRY 6

Leones y corderos

Así pues, volvemos a encontrarnos ante una aventura de acción en primera persona y mundo abierto que nos llevará hasta Yara, una nación ficticia del Caribe que se encuentra sometida a la cruel y despiadada dictadura de El presidente Antón Castillo. Como no podía ser de otro modo, nosotros interpretaremos a Dani Rojas, una chica (o chico, ya que podemos escoger su sexo al inicio de la partida) que por diversos motivos acaba convirtiéndose en una guerrillera y uniéndose a un movimiento revolucionario para liberar al país, dándonos así la excusa perfecta para emprender todo tipo de misiones y actividades en pos de la libertad.

El guion como tal es bastante simple y al igual que ocurre con la mayoría de juegos de Ubisoft intenta abordar temas muy interesantes, complejos y delicados, aunque nunca llega a ahondar de verdad en ellos, limitándose a plantearlos sobre la mesa (y no siempre con acierto) mientras nos muestra las diferentes caras de esta caótica revolución.

Por supuesto, Antón Castillo es la auténtica estrella de la función, una figura imponente, bien construida y con las ideas tan claras que nos pondrá los pelos de punta en más de una ocasión con su terrible forma de pensar y razonar, pues no dudará en sacrificar hasta el último yarano con tal de alcanzar sus objetivos y acabar con todo aquel que se atreva a oponerse a su gobierno. En líneas generales, es un villano muchísimo más serio y menos extravagante que los de entregas anteriores, lo que no quita que también tenga ese punto de locura del que hacen gala todos los antagonistas de la serie, solo que reflejado de otra manera mucho más espeluznante por lo real y reconocible que es, lo que le da un toque muy especial y único. Aquí también queremos destacar el llamativo contrapunto que le da su hijo Diego, a quien veremos dudar de las crueles y despiadadas acciones de su padre al mismo tiempo que sigue una evolución muy interesante y coherente a medida que la historia se va desarrollando.

Una revolución poco revolucionaria, pero muy divertida

Tal y como dijimos anteriormente, en lo jugable estamos ante una secuela extremadamente continuista que rara vez busca salirse de los cánones establecidos. De esta manera, deberemos explorar un mapa de tamaño considerable, conquistar bases y puntos de control, mejorar nuestro equipo, conducir vehículos, participar en minijuegos y completar un buen puñado de misiones, ya sean principales o secundarias. Y, por supuesto, todo ello mientras hacemos gala de nuestras habilidades de sigilo o pegamos tiros a diestro y siniestro para desatar el caos allá por donde pasemos.

No vamos a entrar a valorar si la fórmula está agotada o no, pero si algo nos ha quedado claro tras vivir decenas de horas de aventuras en Yara es que a nosotros nos sigue divirtiendo muchísimo. No en vano, estamos hablando de un juego con un gunplay bastante bueno, unas misiones que sin ser el colmo de la originalidad están bien diseñadas y saben ser variadas, unas actividades opcionales más cuidadas de lo habitual, un sistema de progresión bien medido y un mapa que consigue hacer que la exploración merezca la pena.

En relación a este último punto nos vemos obligados a destacar lo muchísimo que nos ha gustado Yara, probablemente una de las regiones que más hemos disfrutado de toda la saga. No solo es una auténtica delicia en lo artístico con sus bellísimos parajes naturales y el ambiente latino que lo impregna todo, sino que también cumple con creces en su función de ofrecernos un entorno de juego divertido y satisfactorio por el que da gusto perderse. Hay montones de secretos esperando a ser descubiertos, los escenarios favorecen que se produzcan todo tipo de situaciones y que tengamos que hacer mano de todos nuestros recursos para movernos por ellos, y la forma en la que todo se abre ante nosotros está muy bien estudiada para que sea progresiva y tengamos la suficiente libertad como para marcar nuestro camino.

Es más, aquí no hay torres que coronar y si queremos descubrir las ubicaciones de los puntos de interés nos tocará explorar y participar en otras actividades que nos puedan dar las pistas que necesitamos para encontrar una misión secundaria, una caza del tesoro, una base que debe ser conquistada, etcétera.

Otro detalle que conviene destacar es que Yara está dividida en cuatro grandes regiones. Las tres primeras están gobernadas por los principales cabecillas del régimen de Antón Castillo y las podremos explorar en el orden que queramos para completar sus arcos argumentales. Evidentemente, los niveles de los enemigos irán subiendo en todo el mundo a medida que avancemos en la trama principal y no será hasta que hayamos conquistado todas las zonas cuando nos darán la oportunidad de ir a la mismísima capital de la nación para acabar con el tirano.

No hay demasiadas novedades, aunque las pocas que se han introducido nos han parecido un acierto. De entrada, tenemos que señalar la eliminación del habitual árbol de habilidades en favor de un sistema de equipo más atractivo e interesante que nos permite adaptarnos mejor a cada situación con tan solo cambiarnos de ropa, pues cada prenda nos dará una serie de ventajas concretas, como movernos a mayor velocidad estando agachados, una regeneración de vida más rápida o mayor aguante contra determinados tipos de daño.

De igual modo, el sistema de personalización de armas es fantástico y nos permite crear con suma facilidad un arsenal a nuestra medida pudiendo seleccionar incluso el tipo de daño que queramos que hagan para que así sean más efectivas contra determinados tipos de blancos. Cuanto más subamos de nivel, mejores accesorios y modificadores podremos equiparnos a cambio de los recursos requeridos, aunque también es posible encontrar armas especiales con sus propias mejoras ya instaladas de serie. Y ojo al nuevo y alocado armamento que podremos conseguir a cambio de uranio enriquecido, entre los que se incluyen cosas como un lanzallamas, una pistola de clavos y hasta un lanzador de discos con el que podremos reventar a nuestros enemigos a todo ritmo.

También relacionado con esto tenemos los nuevos Supremos, unos dispositivos en forma de mochila con los que podremos equiparnos y que, dependiendo del que llevemos, nos permitirán poner en práctica una poderosísima habilidad activa u otra, como lanzar una lluvia de misiles teledirigidos. Además, podremos mejorarlos y modificarlos para que nos den acceso a diversas armas arrojadizas, como granadas o cócteles molotov. Se trata de un añadido que nos ha gustado bastante, ya que añade otra capa más de profundidad a la hora de personalizar a nuestro personaje sin llegar a romper el equilibrio de la aventura.

Ahora bien, esto no significa que todo nos haya convencido, pues vuelve a caer en los vicios y problemas habituales de la serie, donde destaca para mal la terrible IA tanto de aliados como de enemigos. No solo hablamos de rivales suicidas que se comportan de forma errática y que tienen graves dificultades para reaccionar ante imprevistos o para detectarnos cuando usamos sigilo, sino que algo tan simple como seguir a un NPC durante una misión se puede convertir en un auténtico suplicio por lo mucho que tiende a encallarse con paredes y obstáculos. Ubisoft debería plantearse muy seriamente revisar la IA de sus juegos, ya que esto está llegando a un punto prácticamente inadmisible y que nos ha sacado de la experiencia en numerosas ocasiones, rompiendo esa fantasía de guerrillas que tanto se esfuerza el juego por conseguir.

Hay un amigo en mí

Al igual que en ‘Far Cry 5’ podremos reclutar a diferentes acompañantes para que nos ayuden durante nuestras aventuras por Yara. Esta vez todos nuestros compañeros serán animales como perros, caimanes o gallos de pelea con habilidades muy distintas que podremos desbloquear y mejorar superando retos junto a ellos. Eso sí, la gran mayoría los conseguiréis completando actividades y misiones secundarias, así que si queréis que se unan a vuestras filas primero tendréis que encontrarlos.

Por otra parte, tampoco nos ha convencido demasiado la cantidad de actividades de “relleno” que hay y que son prácticamente un calco unas de otras, como las conquistas de puntos de control, las intercepciones de cargamento, las emboscadas o la destrucción de armamento antiaéreo, un tipo de contenido que no aporta realmente nada en lo jugable y que nos hartaremos de repetir. Por suerte, las misiones secundarias y las cazas de tesoros sí que mantienen un muy buen nivel y son bastante divertidas, e incluso la conquista de las bases enemigas principales tienen su aquel gracias al diseño tan diferente y elaborado que tienen en su estructura, ofreciéndonos siempre un reto distinto a la hora de asaltarlas.

Finalmente, cabe destacar que completar la historia principal es algo que os llevará entre 25 y 30 horas, aunque claro, esta cifra se puede duplicar con suma facilidad a poco que os propongáis hacerlo todo, algo a lo que debemos sumarle el regreso de sus misiones cooperativas y la posibilidad de disfrutar de la aventura junto a un segundo jugador a través de internet, una opción muy recomendable y que da pie a situaciones todavía más locas y caóticas.

Belleza caribeña

Donde sí que no ha fallado ha sido en su apartado gráfico, ya que se trata de un juego que es simple y llanamente precioso. Sus paisajes tropicales son una auténtica delicia para la vista, la iluminación es excepcional y ayuda a crear estampas muy evocadoras y a nivel técnico pocas pegas se le pueden poner a sus texturas, efectos, modelados, distancia de dibujado y a la enorme cantidad de detalle que tiene cada rincón de Yara.

Para terminar, comentar que el sonido nos regala una banda sonora fantástica con temas que saben darle la épica necesaria a las misiones más importantes, aunque tampoco os van a faltar montones de canciones licenciadas de corte latino que se adaptan como un guante a su ambientación. Los efectos son de una calidad altísima y muy variados y el doblaje nos llega en inglés (con unas interpretaciones excelentes) con subtítulos en español. Además, existe la opción de escoger voces en el español de latinoamérica.

Conclusiones

Far Cry 6 es un juego que no engaña a nadie y que da justo lo que promete: más Far Cry. Si lesgusta la fórmula de la serie y les atrae su nueva ambientación, estamos convencidos de que lo disfrutaras, pues sigue siendo una experiencia muy divertida y bien diseñada que sabe cómo atrapar y sacarles partido a sus puntos fuertes. No vamos a negar que hemos echado de menos alguna novedad más, una historia más valiente que se atreva a profundizar en los temas que trata, una IA mínimamente competente y menos actividades clónicas de relleno, pero una vez entras en Yara y empiezas tu lucha contra El presidente, difícilmente querrás parar hasta conseguir recuperar la libertad de tu pueblo.

Hemos realizado este análisis comprando el juego para PC.

Lo Bueno

  • Yara cautiva desde el primer instante.
  • Su fórmula sigue siendo divertidísima y ofrece misiones variadas y de calidad.
  • La interpretación de Giancarlo Esposito como Antón Castillo es soberbia. Un gran villano.

Lo Malo

  • Se echa de menos algo más de valentía a la hora de profundizar en los distintos temas que trata.
  • Muchas de sus actividades secundarias se repiten en exceso.
  • La IA es un auténtico desastre a estas alturas.

NOTA 8/10

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