El concepto de juego de este título es realmente simple, si bien todo lo que rodea a su argumento, personajes y demás elementos que dan forma al mismo es harina de otro costal. Centrándonos primeramente en su trasfondo narrativo, la aventura nos pone en la piel de un príncipe que debe demostrar su valía ante el Rey del Cosmos, su padre vamos. Y para ello debe devolver las estrellas y las constelaciones que han sido destruidas de manera accidental por su progenitor. Un guion tan absurdo como surrealista y divertido que nos va dejando frases memorables, las cuales se encuentran traducidas a nuestro idioma.
Un sentido del humor bastante peculiar que puede no ser del gusto de todos los usuarios (al igual que el título en su conjunto), pero que aporta más interés al desarrollo de la aventura.
Metiéndonos ya a comentar la fórmula de juego que ostenta esta producción, nuestro cometido principal es actuar como una especie de escarabajos peloteros e ir creando la bola más grande que nos sea posible. Para ello contamos con un artilugio único llamado katamari, que es una especie de objeto con forma esférica que posee la cualidad de ir adhiriendo a su superficie cualquier tipo de objeto que entra en contacto con él… siempre y cuando dichos ítems sean de un tamaño adecuado.
Esto último tiene su relevancia dado que las dimensiones de nuestro katamari van aumentando a medida que “atrapamos” objetos, por lo que ítems que en principio pueden ser demasiado grandes para pegarlos a nuestro katamari, más tarde sí que pueden ser aglutinados. En cada escenario se nos da un tiempo límite para lograr que nuestro katamari crezca hasta alcanzar unas dimensiones determinadas, un desafío que si bien en los primeros niveles es más bien anecdótico, conforme avanzamos va teniendo su gracia. Sí, porque es necesario tener presente que el tamaño del katamari también puede verse reducido si nos chocamos contra paredes, animales que pululan por los fondos u otros elementos de los escenarios que no pueden ser atrapados por tan singular elemento esférico.
Seguramente, aquellos que nunca hayan probado título alguno perteneciente a esta saga, dicha mecánica de juego podrá parecerles demasiado “insulsa” e incluso carente de atractivo. Un razonamiento tan entendible como, en nuestra opinión, erróneo, dado que este título es de esos que poseen un encanto especial muy difícil de transmitir de ninguna forma más que probando el juego. Pero una vez dicho esto, ¿se podía pedir más a esta versión? Pues sí, más que nada porque más allá de su modo competitivo a dobles a pantalla dividida y la posibilidad de usar el sensor de movimientos de los Joy-Con para controlar al protagonista, el título apenas integra novedad alguna relacionada con la jugabilidad.
Además, lo más probable es que tampoco llame la atención de demasiados usuarios a través de su apartado gráfico. A pesar de tratarse de una versión en HD del juego original, lo cierto es que la faceta gráfica nos ha parecido demasiado simplona en los tiempos que corren, pudiendo incluso contemplar texturas pixeladas en algunas superficies. La buena noticia es que esta saga nunca ha destacado precisamente por presentar un acabado estético demasiado llamativo más allá de su alegre colorido y curiosos diseños de personajes, por lo que la simplicidad global que alberga esta producción en esta área tampoco es que sea un problema en sí mismo.
El apartado sonoro ha envejecido bastante mejor, y la indescriptible banda sonora (cuyo tema central resulta difícil de dejar de tararear una y otra vez) sigue adaptándose a la acción de manera sensacional, mientras que los efectos de sonido resultan más sosetes pero cumplen con su cometido. Bandai Namco recupera una de sus sagas más peculiares y ofrece a los usuarios de Switch y PC una obra tan simple en su concepto como absorbente y dotada de mucho sentido del humor. Es cierto que las innovaciones que integra son mínimas y que nos hubiera gustado más encontrarnos con un juego completamente nuevo, pero a pesar de eso sigue siendo un título ante todo divertido, de esos a los que apetece siempre jugar.
Lo Bueno
- La jugabilidad sigue resultando maravillosa.
- El sentido del humor es magnífico… aunque bastante extraño.
- La banda sonora es de esas que no puedes quitarte de la cabeza.
Lo Malo
- Técnicamente es bastante flojo en global.
- Se echan en falta más novedades de peso.